Hay momentos en que te enojas, lloras, gritas o te enternece algo que sucede, generalmente piensas que son los hechos externos los que te hacen reaccionar así, pero en realidad hay algo en ti que es lo que te provoca esas respuestas.
Esta pregunta, probablemente en algún momento te la has hecho y tu respuesta pudo haber sido: “pues porque hay gente que me hace enojar, llorar, gritar o golpear”.
Puedo asegurarte que a veces te desconoces y no es la gente en sí lo que te hace reacionar, sino es el evento en sí, por ejemplo, alguien toma tu celular y simplemente sobrereacciones, le gritas o llegas a pegarle a la persona que lo tomo.
Entonces, tu primer pensamiento es: “porque reaccioné de esa manera, si yo no soy así”.
Te garantizo que atrás de esa reacción hay una historia, probablemente ni te acuerdes o tampoco la identifiques en estos momentos, pero cuando eras niño o niña, odiabas que tu hermano agarrara tus cosas y el colmo fue cuando tomó tu juguete preferido y lo aventó por la ventana, sentiste un hueco en el estómago y lo peor es que tu mamá no te creyó, entonces hiciste una rabieta fenomenal y terminaste castigado. Este hecho se quedo grabado en tu consciente o inconsciente y en tu cuerpo, ahora cada vez que alguien toma tus cosas, te enojas, sientes un hueco en el estómago y quieres pegarle a la persona, lo que no pudiste hacer de niño.
Te invito a que traigas a tu memoria que es lo que más te hace enojar, llorar, gritar, una reacción extrema, y analices además en que parte de tu cuerpo la sientes. Todo lo que está grabado en tu mente, también lo está en tu cuerpo y viceversa.
Por ello, para sanar la mente y el cuerpo hay que trabajar con ambos.
Por supuesto también los eventos más preciados de nuestra vida, esos recuerdos que nos hacen también sobrereaccionar, por ejemplo, una canción, el olor de un perfume, un lugar, nos hacen llorar, reír, cantar, saltar de alegría, etc. También está grabado en nuestro cuerpo, nos hace sentir como burbujas que lo recorren. Es porque traemos a nuestra memoria algo que nos hizo sentir muy felices en algún momento.
¿Qué eventos mas preciados tienes? Tómate unos minutos: Evoca alguno, recuerdalo, vívelo y siéntelo en tu cuerpo. ¡Verdad que si lo sentiste!. Entre más evoques experiencias de esta manera, podrás ir identificando tanto eventos preciados como no tan afortunados y te irás conociendo y explicando porque reaccionas de tal o cual manera.
Si lo practicas constantemente, verás que cada vez será más fácil evocarlo, tener memoria en tu mente y en tu cuerpo de ello y las experiencias que son incómodas para tí irlas sanando.
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